Las conductas de Cuba y
EE.UU. hacia África están en las antípodas
Por Patricio Montesinos
Rebelión
Mientras
Cuba, a pesar del cruel bloqueo que le impone Estados Unidos desde hace 60
años, ha mantenido su solidaridad y colaboración desinteresada con África,
Washington no ha hecho otra cosa que conspirar e incrementar su presencia
militar en el denominado continente negro, y ahora procura desesperadamente en
esa región las llamadas “tierras raras”.
Cierto
que son y serán antagónicas las diferencias entre las conductas y actitudes
hacia los pueblos africanos de la mayor de las Antillas, y la de su poderoso y
agresivo vecino imperio del norte, que hoy arrecia el cerco económico,
comercial y financiero a los cubanos.
A
EE.UU. poco le ha importado el bautizado continente olvidado, a no ser que sus
intereses imperiales, o los de sus aliados más serviles, hayan estado en
peligro, como ha hecho siempre en cualquier rincón de nuestro planeta tierra.
Su
postura ha sido actuar cuando entienden que es necesario subvertir el orden en
una u otra nación de África para conseguir sostener su cada vez menos
hegemonismo mundial, y beneficiarse económicamente, como pretende hacer ahora,
en medio de la guerra comercial que los inquilinos de la Casa Blanca desatan
contra China y otras potencias emergentes.
La
supuesta localización de “tierras raras” en al menos una decena de países
africanos tiene descolocados a los gobernantes de Washington, quienes parecen
empeñados en desestabilizar la región para controlarlas, como ha hecho para
robarse el petróleo de Libia y de no pocas naciones del Medio Oriente.
Según
reportes de prensa, China tiene las más grandes reservas y es el mayor
exportador del mundo de “tierras raras”, las cuales son denominadas así, pero
de extrañas tienen poco porque contienen 17 elementos químicos muy preciados
por ser esenciales para la fabricación de nuevos y futuristas productos de alta
tecnología, y de energías renovables.
EE.UU.
sabe que en lo adelante le será dura la competencia con su más potente
adversario económico internacional, el cual ha logrado una notable influencia
en África a través de la materialización de innumerables y multimillonarios
proyectos de cooperación.
Claro
que Washington también conoce muy bien del prestigio de Cuba en el llamado
continente olvidado, y por esa razón ha destinado millones de dólares para atacar
la colaboración médica que brinda salud y salva vidas por casi toda la
geografía africana.
A
partir del triunfo, el 1 de enero de enero de 1959, de la Revolución que lideró
Fidel Castro en el decano archipiélago caribeño, su pueblo ha estado al lado de
África, desde sus luchas por la independencia hasta nuestros días.
La
mayoría de los países de esa región cuentan desde hace décadas con
colaboradores cubanos de diferentes esferas, e integrantes del bien intitulado
Ejercito Pacífico de Batas Blancas de Cuba, al que Washington evidentemente
teme por sus inmensos valores humanos, y por esa razón se empeña en
desprestigiar y destruir.
Empero,
otra vez se equivoca el imperio. A la mayor de las Antillas la unen con África
lazos sanguíneos, sus culturas ancestrales, sus costumbres y religiones, y el
agradecimiento eterno de millones de hombres, mujeres, jóvenes, niños y
ancianos que han sido formados como profesionales en la Isla caribeña o curados
por la medicina cubana.
Como
el prolongado bloqueo, condenado reiteradamente por la comunidad internacional,
esa nueva agresión de Estados Unidos está, sin duda alguna, destinada al
fracaso.
Rebelión ha publicado
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